miércoles, 9 de mayo de 2012

PERFILES DE LA ESCUELA NORMAL


PERFIL DEL NORMALISTA SUPERIOR

El profesional que egresa de la Escuela Normal se caracteriza por ser un  conocedor de los fundamentos epistemológicos de la pedagogía, con fortaleza en la  comprensión, interpretación  y análisis de las dimensiones del  ser humano y con destrezas básicas para evaluar e intervenir en el ámbito individual, grupal y comunitario, con un sistema  firme de valores éticos y religiosos. Dinamizador de acciones con sentido investigativo y de proyección comunitaria.Por tanto, el   normalista superior egresado de la Escuela Normal Superior Nuestra Señora de la Candelaria  está en capacidad de:

1.    Desempeñarse en los niveles de preescolar y básica primaria.
2.    Atender a los niños  y niñas  en todas sus dimensiones afectiva, cognitiva y praxiológica.
3.    Propiciar  ambientes de aprendizaje desde una visión amplia conociendo  lo que enseña, a quién le enseña, como le enseña, para qué le enseña y por qué le enseña.
4.    Promover diversas estrategias pedagógicas haciendo uso de los diversos medios de comunicación e información especializada.
5.    Diseñar  propuestas investigativas y  pedagógicas para dar respuesta a las necesidades y expectativas de la comunidad.
6.    Comprender la diversidad  social, cultural, religiosa desde la individualidad del ser humano, liderando   la política de  inclusión.
7.    Conocedor de la importancia de estar siempre actualizado en lo que sucede en la pedagogía y sobre todo lo relacionado directamente con su perfil profesional
 PERFIL DEL ESTUDIANTE NORMALISTA

El estudiante que ingresa a la Escuela Normal Superior deberá  caracterizarse por:

1.    Ser una persona comprometida con la filosofía de la institución y con sentido de pertenencia.
2.    Comprometer esfuerzos en función de lograr el desarrollo de las tres dimensiones: afectiva, cognitiva y praxiológica fortaleciendo las competencias básicas disciplinares, laborales, investigativas, ciudadanas y de emprendimiento.
3.    Poseer perfiles valorativos y actitudinales fundamentados en la  responsabilidad, tolerancia, el diálogo, espíritu de solidaridad,  disciplina y especialmente en los valores institucionales: respeto, escucha y autonomía.
4.    Actuar con justicia, seguridad, lealtad e inteligencia emocional.
5.    Apropiarel dominio de técnicas y métodos de trabajo en el aula y fuera de ella para contribuir con la  formación autónoma.
6.    Manifestar el orgullo de ser colombiano, forjador  del respeto por los valores patrios.
7.    Ser testimonio de  liderazgo, autogestión, laboriosidad, dedicación y productividad.

 PERFIL DEL PADRE DE FAMILIA NORMALISTA

El padre de familia que hace parte de la comunidad educativa de la Escuela Normal Superior deberá  caracterizarse por:

1.    Conocer las políticas institucionales y comprometerse con el cumplimiento de las mismas.
2.    Reconocer y valorar la institución como centro de apoyo para el proceso formativo de sus hijo(s).
3.    Participar colaborativamente en las actividades que se programan en acuerdos definidos por la asamblea general de padres de familia.
4.    Conformar la escuela de padres y participar activamente de los encuentros programados.
5.    Contribuir en el proceso de formación integral de sus hijos siendo coherente con las políticas institucionales.
6.    Utilizar la comunicación como mecanismo para mejorar y fortalecer las relaciones con la institución.

PERFIL DEL MAESTRO FORMADOR  

El maestro formador de la Escuela Normal Superior  deberá caracterizarse por:

1.    Conocer el PEI de la Escuela Normal y comprometerse con su desarrollo.
2.    Reconocer  el modelo pedagógico dialogante y concretarlo en el aula de clase en función de formar seres humanos con pleno desarrollo de sus dimensiones valorativa, cognitiva y praxiológica fortaleciendo las competencias básicas disciplinares, afectivas, laborales generales, ciudadanas y de emprendimiento.
3.    Ser modelo de virtudes humanas para favorecer un estilo de autoridad autoritativo.
4.    Promover el desarrollo del pensamiento, las habilidades y los valores mediante un diálogo interestructurante con los estudiantes.
5.    Ser un maestro investigador y reflexivo para construir conocimiento a través de la práctica pedagógica.
6.    Conocer a profundidad la naturaleza de la formación de maestros como una tarea compleja y demandante.
7.    Planear y aplicaruna evaluación centrada en la formación, cambiando la evaluación de resultados por verdaderos procesos de seguimiento integral.
8.    Apreciar la diversidad del género humano y reconocer su posibilidad de modificarse a través de la mediación cultural.
9.    Ser testimonio de liderazgo, autogestión, laboriosidad, dedicación y productividad.
10. Poseer un pensamiento flexible que le permita estar a tono con las nuevas demandas de la época.

PERFIL DEL DIRECTIVO DOCENTE

El directivo docente de la Escuela Normal Superior  deberá caracterizarse por:

1.    Ser un conocedor del PEI de la Escuela Normal Superior para orientar de manera participativa su resignificación, desarrollo y evaluación.
2.    Manejar un estilo de autoridad autoritativo a través de la vivencia de los valores y las actitudes que permiten una sana convivencia.
3.    Garantizar el cumplimiento de las políticas institucionales  y nacionales.
4.    Planificar, desarrollar y evaluar todos los procesos en búsqueda del mejoramiento continuo.
5.    Equilibrar el trabajo administrativo con el trabajo pedagógico y político suscitando  espacios de reflexión y producción académica.
6.    Evidenciar actitudes de liderazgo, compromiso y apropiación de la naturaleza de la Escuela Normal como institución formadora de maestros.
7.    Ser un investigador y estar a tono con las nuevas perspectivas pedagógicas, administrativas y de gestión.
8.    Trazar políticas para el manejo adecuado y óptimo de los recursos disponibles.
9.    Dar testimonio desde el ser, el saber y el saber hacer (Ser eficaz, efectivo, eficiente e idóneo ética y profesionalmente)
10. Proveer de las condiciones necesarias para que la labor formativa pueda realizarse en óptimas condiciones.

RESEÑA HISTÓRICA DE LA ESCUELA NORMAL SUPERIOR NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA


RESEÑA HISTÓRICA DE LA ESCUELA NORMAL SUPERIOR NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA


1.    BIOGRAFÍA  DEL PADRE ANTONIO MARÍA HINCAPIÉ SOTO

El Padre Hincapié nació en Sonsón (Antioquia) el 13 de junio de 1921 y murió en Marquetalia (Caldas) el 10 de enero de 1993, era el quinto de nueve hijos, ocho hombres y una mujer, sus padres Lorenzo y Sara, de profundos sentimientos cristianos los educaron dentro de las más estrictas normas religiosas y morales.

Dados sus escasos recursos, el joven Antonio inició sus estudios a una edad superior a  la época, terminando su primaria a los 21 años, su bachillerato a los 27 años y ordenándose sacerdote a los 33 años en 1954, por Monseñor Arturo Duque Villegas.

Inició su labor pastoral por pocos meses en Aguadas, luego en el corregimiento de Bolivia y después en el municipio de La Dorada, finalmente nombrado en Marquetalia el  17 de Diciembre de 1957, donde echó  raíces y permaneció por cerca de 35 años.

Contaba que lo que más lo impresionó de la llegada a este pequeño pueblo, después de siete largas horas de viaje desde Manizales, fueron sus calles polvorientas y sucias, la inmensa cantidad de gallinazos que permanecían en la plaza principal, la falta de oportunidades de educación de sus gentes y la violencia imperante; lo que lo obligó no en pocas ocasiones a hacer las veces de  cura, alcalde y policía.  La inmensa mayoría de hombres consideraban innecesario el estudio, sobre todo el de la mujer,  afirmando que ésta  había  “nacido para hacer de comer”.

Los centros educativos existentes eran dos escuelas urbanas para niños y niñas y diez escuelas rurales donde los alumnos intercalaban los días de estudio de acuerdo al género.
Eran escasas las familias que tenían la voluntad y los medios económicos para educar a sus hijos en los internados de los municipios vecinos sobre todo en Pensilvania y Manzanares.  El futuro de más del 97% de los jóvenes  se quedaba en las cantinas y de las mujeres en los costureros de sus hogares, situación que preocupaba enormemente al  joven sacerdote.

Desde su llegada se propuso como principal meta, además de las funciones pastorales que nunca descuidó, luchar por conseguir una adecuada educación para los habitantes de este municipio, tradicionalmente olvidado por el gobierno y considerado sitio de castigo para los funcionarios incompetentes o irresponsables.

Fue así como en procura de esa meta conformó grupos sobre todo de señoras que a base de empanadas y cantarillas (rifas), se dieron a la tarea de recaudar los fondos para la adquisición de los  lotes  donde  se construirían  los colegios. Para darle mayor seriedad a sus ideas, organizó una visita  arzobispal y el  2 de febrero  de 1959 a escasos catorce meses de su llegada, bendecía  su  jefe  eclesiástico, la primera piedra de La Normal Nuestra Señora de la Candelaria, bautizada así en conmemoración de la virgen de las Candelas, fiesta que se celebra el  2 de  febrero  de cada año.

Firme en su empeño, la Normal inició labores en enero de 1960, aún en improvisados salones y con 12 alumnas, un año más tarde iniciaría el Instituto Juan XXIII, con educación masculina  y que funcionó provisionalmente en la  calle La Quiebrita, hasta que fue habilitada la sede donde está actualmente.

Son muchas las anécdotas de cómo  conseguía los dineros o la maquinaria para la construcción de los colegios, pero algo que sí es digno de resaltar, es que como los bulldozer  sólo  los prestaban  en horas no laborales, fueron incontables las noches que con caperuza (lámpara) en mano se le veía a las dos y tres de la mañana alumbrándole a los operarios para que hicieran las explanaciones.

La Normal se terminó de construir en 1966, en su primera planta y la segunda ha sido el producto de las necesidades de ampliación presentadas con los años.
Para mediados de los años 70, el municipio contaba con tres colegios urbanos (se sumó el nocturno Camilo Torres), un colegio rural Agropecuario y 40 escuelas rurales, transformación que en  20 años se debió a la lucha infatigable y tesonera de este sacerdote.

En la actualidad y como justo reconocimiento al hombre que cambió su historia, llevan su nombre el parque principal del municipio y el  Colegio Agropecuario  del corregimiento de Santa Elena.

Sobre su personalidad  hay que resaltar que fue un hombre de controversias, rebelde, “que no tragaba entero”, hasta el punto de sostener no pocos conflictos con sus jefes apostólicos, siendo los más fuertes los que sostuvo con Monseñor Pimiento y con el ya fallecido Arzobispo de Manizales Monseñor Fabio Betancur Tirado.

Denunciaba con valentía los hechos que afectaban su rebaño, de carácter fuerte pero amable, se ganó no pocos enemigos siendo amenazado de muerte en innumerables ocasiones, hechos éstos que más lo hacían arreciar en su labor.
Extrovertido, locuaz, generoso, amigo, buen conversador, criticón, burletero, de una risa  que se escuchaba a la distancia, impetuoso, impaciente, terco, caritativo, bonachón y sobre todo profundamente humano, este fue el sacerdote que con su mano recia y amiga logró la transformación de Marquetalia.



2.  FUNDACIÓN DE LA ESCUELA NORMAL SUPERIOR NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA

El 20 de octubre de 1958 el presbítero Antonio María Hincapié coordinó  la organización de una junta especial con el fin de fundar la Normal, la cual se constituye hoy como uno de los principales centros de formación pedagógica  a nivel local, regional y nacional. Para construir la sede de la Escuela Normal, viene a tocar todas las puertas del gobierno y es cuando consigue en préstamo por las noches las maquinarias de obras públicas, para hacer la explanación donde está el templo y la Normal, ya que este terreno era un barranco, trabajaban hasta la una de la madrugada, alumbrando con una caperuza a los operarios para que pudieran adelantar su labor. Se realizó una semana pro- colegio, además, el Padre nombraba señoras semanalmente para trabajar junto a la iglesia donde era la emisora comunal, en una cocina llamada “el kiosco” donde se vendíanplatos típicos de la región que hacían con productos recogidos por otras personas en el campo. También promovía las famosas cantarillas (rifas) y se realizaba la marcha del bloque que consistía en visitar las casas y negocios pidiendo un bloque o el equivalente a éste.

Satisfecho puede estar entonces el Presbítero Antonio María Hincapié Soto por haber  logrado la realización de su máximo sueño, ser el artífice, canalizador y forjador de una idea que rescató a toda una generación de jóvenes y a todo el pueblo en general, del desierto, de la ignorancia, para enrutarlos por los anchurosos caminos del progreso, la inteligencia y la moral, elementos sin los cuales no puede vivir la humanidad.

La tarea de construir el colegio de señoritas se dio el 2 de febrero de 1959 cuando fue colocada su primera piedra. El espíritu que inspiró tan noble idea fue el célebre pensamiento del pedagogo y sacerdote Antonio María Hincapié Soto, el cual afirmaba: “Educando a una mujer se educa a una generación y educando a una generación se transforma la sociedad”.

El dos de febrero de 1960 en medio de la general alegría se iniciaron los estudios, por el momento empezó a funcionar el primer año bajo la dirección de padre Hincapié y la señorita Silvia Hincapié, egresada de la normal de señoritas de Manizales y la señora Mariela de Gómez encargada del grupo de 5° de primaria que funcionaba en uno de los salones construidos por  la señora Cecilia Vasco de M.
Al comienzo el colegio tuvo  catedráticos tales como el reverendo padre Hincapié profesor de religión, el comandante de la policía profesor de educación física y la señorita Carolina García profesora de canto, la señoraCecilia Vasco de M, quien orientaba cívica, urbanidad, historia patria y geografía.

Al iniciarse las labores la señorita Silvia se empeñó en dirigir este nuevo semillero con toda competencia poniendo el mayor interés en la disciplina  y  en el mejoramiento intelectual; también orientaba clases de inglés, aritmética, costura, caligrafía y castellano.

En este año la labor se hizo un poco difícil por la aversión natural que sentían los padres por la educación de sus hijos, ya que el interés primordial de ellos era que sus hijos trabajaran en el campo y en las labores domésticas, situación  que poco a poco los maestros abordaron con tenacidad concienciando a la comunidad sobre la importancia de la educación. El plantel sigue avanzando a pasos agigantados, la niñas van despertando al encontrar nuevas asignaturas, nuevas enseñanzas, la disciplina y presentación del colegio se va haciendo cada vez más favorable.

En 1962 comienza a funcionar el internado con la señorita Beatriz Angulo del Fresno, Fabiola Mena de Victoria y Ruth Ramírez de Manzanares, este fue suspendido a partir del año 1971 por la rebeldía de las niñas.

El 4 de octubre de 1965 llegó la aprobación de los estudios de grado sexto mediante el decreto 9906. La primera promoción  normalista optó por el título de “NORMALISTA SUPERIOR” en el mes de diciembre de 1965, estuvo integrada por 12 seleccionadas jóvenes educadoras que se desempeñaron como pedagogas de gran idoneidad en los diferentes rincones de nuestra geografía nacional.

Por razones de índole económico de la comunidad marquetona el primero de junio de 1969 se integraron la Normal y el Instituto por decreto 0214 de 1969 quedando un solo colegio con el nombre de COLEGIO INTEGRADO INSTITUTO JUAN XXIII NORMAL NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA hasta el año 1971.  

Es de anotar, que el empeño del reverendo padre Antonio María Hincapié Soto por dotar el colegio de biblioteca como medio de consulta, planta de personal, reconocimiento legal de la institución ante el gobierno, despertó en la comunidad el interés y valor por el desarrollo cultural del pueblo convertido hoy en una realidad siendo patrimonio del tejido social.



3.    CONTEXTUALIZACIÓN

La Institución Educativa Escuela Normal Superior  Nuestra Señora de la Candelaria está localizada en el municipio de Marquetalia, ubicado al oriente del Departamento de Caldas, a 175 Kms  de su capital Manizales;  la única vía que lo comunica es una carretera pavimentada en un 80%.  Esta población cuenta aproximadamente con 17.000 habitantes, en estratos 1,2 y 3.   La base de la economía es el café, aunque en los últimos años se ha diversificado la producción agropecuaria y se ha aumentado el comercio en la zona urbana.

Su planta física está distribuida en tres bloques: El bloque uno corresponde a la sección A ubicado en la calle 2 # 4- 07, a continuación del templo parroquial, donde funciona la Básica Secundaria y la media vocacional y el Programa de Formación  Complementaria; el bloque dos corresponde a la sección B, situado en la  calle 4ª   en el Barrio Obrero a 300 mts del parque principal, donde funcionan el Preescolar y la Básica Primaria.  El tercer bloque corresponde a la sección C ubicado en el barrio San Vicente  (carrera 2 # 6-48) donde funciona parte  de la Básica Primaria.

Constituye esta institución uno de los pilares en educación y formación  más destacados de la sociedad marquetona por su aporte al tejido social en su entorno local, regional y nacional. Pruebas fehacientes de la prominencia de la Escuela Normal Superior Nuestra Señora de la Candelaria de Marquetalia son el incremento considerable de la matrícula en los últimos años representada en un 90%, el perfil profesional de los egresados y el apoyo decidido de la administración municipal y departamental.

El permanente proceso de Reestructuración de la Escuela Normal (con el respaldo de toda la comunidad que aspira a que la institución siga siendo pionera en la formación de formadores para futuras generaciones) ha contribuido a mantener su  renombre e impacto y a satisfacer necesidades e intereses del contexto sociocultural en el cual se encuentra inmersa, dando oportunidad de ingreso a jóvenes, niñas y niños al sistema educativo, no sólo del municipio sino  también de la región y de  otros departamentos adyacentes como la gran cuenca del Magdalena medio, que ven en ésta el  epicentro del conocimiento y la formación integral.