RESEÑA
HISTÓRICA DE LA ESCUELA NORMAL SUPERIOR NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA
1.
BIOGRAFÍA
DEL PADRE ANTONIO MARÍA HINCAPIÉ SOTO
El Padre Hincapié nació en Sonsón
(Antioquia) el 13 de junio de 1921 y murió en Marquetalia (Caldas) el 10 de enero
de 1993, era el quinto de nueve hijos, ocho hombres y una mujer, sus padres
Lorenzo y Sara, de profundos sentimientos cristianos los educaron dentro de las
más estrictas normas religiosas y morales.
Dados sus escasos recursos, el joven
Antonio inició sus estudios a una edad superior a la época, terminando su primaria a los 21
años, su bachillerato a los 27 años y ordenándose sacerdote a los 33 años en
1954, por Monseñor Arturo Duque Villegas.
Inició su labor pastoral por pocos
meses en Aguadas, luego en el corregimiento de Bolivia y después en el
municipio de La Dorada, finalmente nombrado en Marquetalia el 17 de Diciembre de 1957, donde echó raíces y permaneció por cerca de 35 años.
Contaba que lo que más lo impresionó de
la llegada a este pequeño pueblo, después de siete largas horas de viaje desde
Manizales, fueron sus calles polvorientas y sucias, la inmensa cantidad de
gallinazos que permanecían en la plaza principal, la falta de oportunidades de
educación de sus gentes y la violencia imperante; lo que lo obligó no en pocas
ocasiones a hacer las veces de cura,
alcalde y policía. La inmensa mayoría de
hombres consideraban innecesario el estudio, sobre todo el de la mujer, afirmando que ésta había
“nacido para hacer de comer”.
Los centros educativos existentes eran
dos escuelas urbanas para niños y niñas y diez escuelas rurales donde los
alumnos intercalaban los días de estudio de acuerdo al género.
Eran escasas las familias que tenían
la voluntad y los medios económicos para educar a sus hijos en los internados
de los municipios vecinos sobre todo en Pensilvania y Manzanares. El futuro de más del 97% de los jóvenes se quedaba en las cantinas y de las mujeres
en los costureros de sus hogares, situación que preocupaba enormemente al joven sacerdote.
Desde su llegada se propuso como principal
meta, además de las funciones pastorales que nunca descuidó, luchar por
conseguir una adecuada educación para los habitantes de este municipio,
tradicionalmente olvidado por el gobierno y considerado sitio de castigo para
los funcionarios incompetentes o irresponsables.
Fue así como en procura de esa meta
conformó grupos sobre todo de señoras que a base de empanadas y cantarillas
(rifas), se dieron a la tarea de recaudar los fondos para la adquisición de
los lotes donde
se construirían los colegios.
Para darle mayor seriedad a sus ideas, organizó una visita arzobispal y el 2 de febrero
de 1959 a escasos catorce meses de su llegada, bendecía su
jefe eclesiástico, la primera
piedra de La Normal Nuestra Señora de la Candelaria, bautizada así en
conmemoración de la virgen de las Candelas, fiesta que se celebra el 2 de febrero de cada año.
Firme en su empeño, la Normal inició
labores en enero de 1960, aún en improvisados salones y con 12 alumnas, un año
más tarde iniciaría el Instituto Juan XXIII, con educación masculina y que funcionó provisionalmente en la calle La Quiebrita, hasta que fue habilitada
la sede donde está actualmente.
Son muchas las anécdotas de cómo conseguía los dineros o la maquinaria para la
construcción de los colegios, pero algo que sí es digno de resaltar, es que
como los bulldozer sólo los prestaban
en horas no laborales, fueron incontables las noches que con caperuza
(lámpara) en mano se le veía a las dos y tres de la mañana alumbrándole a los
operarios para que hicieran las explanaciones.
La Normal se terminó de construir en
1966, en su primera planta y la segunda ha sido el producto de las necesidades
de ampliación presentadas con los años.
Para mediados de los años 70, el
municipio contaba con tres colegios urbanos (se sumó el nocturno Camilo
Torres), un colegio rural Agropecuario y 40 escuelas rurales, transformación
que en 20 años se debió a la lucha
infatigable y tesonera de este sacerdote.
En la actualidad y como justo
reconocimiento al hombre que cambió su historia, llevan su nombre el parque principal
del municipio y el Colegio
Agropecuario del corregimiento de Santa
Elena.
Sobre su personalidad hay que resaltar que fue un hombre de
controversias, rebelde, “que no tragaba entero”, hasta el punto de sostener no
pocos conflictos con sus jefes apostólicos, siendo los más fuertes los que
sostuvo con Monseñor Pimiento y con el ya fallecido Arzobispo de Manizales
Monseñor Fabio Betancur Tirado.
Denunciaba con valentía los hechos que
afectaban su rebaño, de carácter fuerte pero amable, se ganó no pocos enemigos
siendo amenazado de muerte en innumerables ocasiones, hechos éstos que más lo
hacían arreciar en su labor.
Extrovertido, locuaz, generoso, amigo,
buen conversador, criticón, burletero, de una risa que se escuchaba a la distancia, impetuoso,
impaciente, terco, caritativo, bonachón y sobre todo profundamente humano, este
fue el sacerdote que con su mano recia y amiga logró la transformación de
Marquetalia.
2. FUNDACIÓN DE LA ESCUELA NORMAL SUPERIOR
NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA
El 20 de octubre de 1958 el presbítero
Antonio María Hincapié coordinó la
organización de una junta especial con el fin de fundar la Normal, la cual se constituye
hoy como uno de los principales centros de formación pedagógica a nivel local, regional y nacional. Para
construir la sede de la Escuela Normal, viene a tocar todas las puertas del
gobierno y es cuando consigue en préstamo por las noches las maquinarias de
obras públicas, para hacer la explanación donde está el templo y la Normal, ya
que este terreno era un barranco, trabajaban hasta la una de la madrugada,
alumbrando con una caperuza a los operarios para que pudieran adelantar su
labor. Se realizó una semana pro- colegio, además, el Padre nombraba señoras semanalmente
para trabajar junto a la iglesia donde era la emisora comunal, en una cocina
llamada “el kiosco” donde se vendíanplatos típicos de la región que hacían con
productos recogidos por otras personas en el campo. También promovía las
famosas cantarillas (rifas) y se realizaba la marcha del bloque que consistía
en visitar las casas y negocios pidiendo un bloque o el equivalente a éste.
Satisfecho puede estar entonces el Presbítero
Antonio María Hincapié Soto por haber
logrado la realización de su máximo sueño, ser el artífice, canalizador
y forjador de una idea que rescató a toda una generación de jóvenes y a todo el
pueblo en general, del desierto, de la ignorancia, para enrutarlos por los
anchurosos caminos del progreso, la inteligencia y la moral, elementos sin los
cuales no puede vivir la humanidad.
La tarea de construir el colegio de
señoritas se dio el 2 de febrero de 1959 cuando fue colocada su primera piedra.
El espíritu que inspiró tan noble idea fue el célebre pensamiento del pedagogo
y sacerdote Antonio María Hincapié Soto, el cual afirmaba: “Educando a una
mujer se educa a una generación y educando a una generación se transforma la
sociedad”.
El dos de febrero de 1960 en medio de
la general alegría se iniciaron los estudios, por el momento empezó a funcionar
el primer año bajo la dirección de padre Hincapié y la señorita Silvia
Hincapié, egresada de la normal de señoritas de Manizales y la señora Mariela
de Gómez encargada del grupo de 5° de primaria que funcionaba en uno de los
salones construidos por la señora
Cecilia Vasco de M.
Al comienzo el colegio tuvo catedráticos tales como el reverendo padre
Hincapié profesor de religión, el comandante de la policía profesor de
educación física y la señorita Carolina García profesora de canto, la
señoraCecilia Vasco de M, quien orientaba cívica, urbanidad, historia patria y
geografía.
Al iniciarse las labores la señorita
Silvia se empeñó en dirigir este nuevo semillero con toda competencia poniendo
el mayor interés en la disciplina y en el mejoramiento intelectual; también
orientaba clases de inglés, aritmética, costura, caligrafía y castellano.
En este año la labor se hizo un poco
difícil por la aversión natural que sentían los padres por la educación de sus
hijos, ya que el interés primordial de ellos era que sus hijos trabajaran en el
campo y en las labores domésticas, situación
que poco a poco los maestros abordaron con tenacidad concienciando a la
comunidad sobre la importancia de la educación. El plantel sigue avanzando a
pasos agigantados, la niñas van despertando al encontrar nuevas asignaturas,
nuevas enseñanzas, la disciplina y presentación del colegio se va haciendo cada
vez más favorable.
En 1962 comienza a funcionar el
internado con la señorita Beatriz Angulo del Fresno, Fabiola Mena de Victoria y
Ruth Ramírez de Manzanares, este fue suspendido a partir del año 1971 por la
rebeldía de las niñas.
El 4 de octubre de 1965 llegó la
aprobación de los estudios de grado sexto mediante el decreto 9906. La primera
promoción normalista optó por el título
de “NORMALISTA SUPERIOR” en el mes de diciembre de 1965, estuvo integrada por
12 seleccionadas jóvenes educadoras que se desempeñaron como pedagogas de gran
idoneidad en los diferentes rincones de nuestra geografía nacional.
Por razones de índole económico de la
comunidad marquetona el primero de junio de 1969 se integraron la Normal y el Instituto
por decreto 0214 de 1969 quedando un solo colegio con el nombre de COLEGIO
INTEGRADO INSTITUTO JUAN XXIII NORMAL NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA hasta el
año 1971.
Es de anotar, que el empeño del
reverendo padre Antonio María Hincapié Soto por dotar el colegio de biblioteca
como medio de consulta, planta de personal, reconocimiento legal de la
institución ante el gobierno, despertó en la comunidad el interés y valor por
el desarrollo cultural del pueblo convertido hoy en una realidad siendo
patrimonio del tejido social.
3.
CONTEXTUALIZACIÓN
La Institución Educativa Escuela
Normal Superior Nuestra Señora de la
Candelaria está localizada en el municipio de Marquetalia, ubicado al oriente
del Departamento de Caldas, a 175 Kms de
su capital Manizales; la única vía que
lo comunica es una carretera pavimentada en un 80%. Esta población cuenta aproximadamente con
17.000 habitantes, en estratos 1,2 y 3.
La base de la economía es el café, aunque en los últimos años se ha
diversificado la producción agropecuaria y se ha aumentado el comercio en la
zona urbana.
Su planta física está distribuida en
tres bloques: El bloque uno corresponde a la sección A ubicado en la calle 2 #
4- 07, a continuación del templo parroquial, donde funciona la Básica
Secundaria y la media vocacional y el Programa de Formación Complementaria; el bloque dos corresponde a
la sección B, situado en la calle
4ª en el Barrio Obrero a 300 mts del
parque principal, donde funcionan el Preescolar y la Básica Primaria. El tercer bloque corresponde a la sección C
ubicado en el barrio San Vicente
(carrera 2 # 6-48) donde funciona parte
de la Básica Primaria.
Constituye
esta institución uno de los pilares en educación y formación más destacados de la sociedad marquetona por
su aporte al tejido social en su entorno local, regional y nacional. Pruebas
fehacientes de la prominencia de la Escuela Normal Superior Nuestra Señora de
la Candelaria de Marquetalia son el incremento considerable de la matrícula en
los últimos años representada en un 90%, el perfil profesional de los egresados
y el apoyo decidido de la administración municipal y departamental.
El
permanente proceso de Reestructuración de la Escuela Normal (con el respaldo de
toda la comunidad que aspira a que la institución siga siendo pionera en la
formación de formadores para futuras generaciones) ha contribuido a mantener
su renombre e impacto y a satisfacer
necesidades e intereses del contexto sociocultural en el cual se encuentra
inmersa, dando oportunidad de ingreso a jóvenes, niñas y niños al sistema
educativo, no sólo del municipio sino
también de la región y de otros
departamentos adyacentes como la gran cuenca del Magdalena medio, que ven en
ésta el epicentro del conocimiento y la
formación integral.
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